Todavía no nos hemos mudado.
Estamos en ello, pero es increíble la de papeles que hay que hacer (y eurelios
que soltar, por cierto). Además de todo, uno de mis grandes defectos es que soy
perfeccionista hasta límites insospechados. Ayer me tiré 2 horas para hacer el
papeliko que va en el buzón con los nombres (ningún diseño me terminaba de
convencer), para que os hagáis una idea. Así que todo avanza despaaacio, pero
no tengo tiempo ni de respirar.
Os quería enseñar la Singer que
no hace mucho he heredado. Era de mi amona, y quería que fuera lo primero que
entrara en mi nueva casa. Y Así ha sido. Siempre me gustaron las máquinas de
coser antiguas, desde muy pequeña, y no recuerdo la primera vez que le pedí que
me la regalara. Evidentemente me dijo que no, pero que cuando ya no estuviera
ni ella ni el attona, podría cogerla.
Como podéis ver está un poco hecha
polvo, así que tendré que darle un repaso, no sé cuando, pero de momento, ya preside
mi salón y me hace muuucha ilusión. Me imagino a mi amona en el caserío en
medio del monte, cerquita de la que es ahora mi casa, cosiendo la ropa de sus
hij@s... y ahora, taaantos años más tarde, poder coser yo la ropa de mi txiki
con la misma máquina...que lujo!!
Tenía curiosidad por saber
cuantos años tenía exactamente, porque creo que mi amona la heredó también. He
mirado en internet el número de serie, y fue fabricada en 1910 en Clydenbank,
Escocia.